Nicaragua ha tenido durísimos cambios sociales en los últimos 100 años, con todo tipo de gobiernos y proyectos políticos ocupando el poder. Por tradición cultural, nuestros gobiernos no solo administran el estado sino que transforman el espacio público para resaltar o cambiar la forma en que nos relacionamos con la historia.
Pero aquí no hablo de la historia registrada en la hemeroteca o los libros, sino de la historia asociada a la memoria en el espacio público.

Managua en particular, con los terremotos de 1931 y 1972, la revolución de 1979, y los cambios políticos durante los últimos 80 años, ha sufrido cambios en su espacio urbano. No hablo solo de las ruinas o la apertura de nuevas avenidas, sino de plazas, monumentos, murales y eventos que han sucedido en la ciudad, impactan en nuestra memoria, pero que con cada nuevo gobierno o régimen, vemos borrados.
La plaza 19 de Julio, en donde se celebró el 1er aniversario de la revolución de 1979, o la primera visita de Juan Pablo II, es hoy un parqueo de buses. La plaza de la revolución ha cambiado de nombre varias veces. Monumentos van y vienen. Murales son borrados. Antiguos calabozos ahora son miradores turísticos en la Loma de Tiscapa.
Memoria y política en Nicaragua: Resignificaciones y borraduras en el espacio público de Margarita Vannini revisa las políticas de memoria que definen y diseñan el uso del espacio público como un lugar para acentuar distintos puntos de vista sobre la historia de Managua.
La historia es un lugar donde vivimos, y es un espacio que está cambiando ante nuestros ojos.