¿Puede el arte y la creatividad ser reemplazada por la Inteligencia Artificial? Bueno, depende de lo que entendamos como arte o creación.
Comparemos como se crean programas de TV en HBO y en Netflix.
HBO ha sobrevivido a varias adquisiciones porque le da prioridad a su departamento creativo. «No es TV, es HBO» era uno de sus slogans, y eso también dependía de su contexto. ¿Qué forma puede tener el contenido de alta calidad? Transmitir las peleas de Myke Tyson en PPV, documentales sobre el mundo de las drogas o prostitución, personajes e historias que podían maldecir (pensados para un público adulto, masculino), e historias (pilots) que valieran la pena ser contadas. «Incluso hacer shows dentro de una carcel (OZ) estaban prohibidos», hasta que HBO los empezó a producir.
Usan la intuición de seguir lo opuesto a lo más popular o lo que el mercado favoreciera, como sería producir soap operas o programas para amas de casa (si, HBO está al tanto de esa visión y la ha actualizado a los nuevos tiempos)
HBO They are not relying on an algorithm or data to influence programming choices. Market research tells you what’s in the past. It doesn’t tell you what’s coming next.
HBO no se apoya en algoritmos o datos para influir en su programación. Las investigaciones de mercado solo te dicen el pasado. No te dicen lo que viene a futuro.
Felix Gillette & John Koblin
Netflix en cambio se ve a sí mismo como capaz de crear contenido que apele a una «audiencia mundial«, gracias a su sistema de recomendaciones. Los datos forman la base de sus decisiones. Eso les lleva a cancelar muchas series tras apena 2 temporadas, o dejarlas inconclusas; decisiones influenciadas por datos.
Un paso más allá del de Netflix es utilizar una inteligencia artificial para generar nuevo «arte» o creatividad.
Dall E, quizás la herramienta de AI más conocida del momento (que no la única), explica que ellos crean imágenes a partir de «12 mil millones de parámetros, entrenados para generar imágenes a partir de descripciones en texto». Podrías generar millones de imágenes, en miles de estilos distintos, para infinitos temas o lugares distintos. Pero eso no las hace arte en sí mismas.

Una inteligencia artificial es una herramienta, un horno para producir imágenes o productos en masa, pero pasar de imágenes a producir significado y experiencia, emociones, es un paso más allá que la «inteligencia» de las maquinas.
Toda imagen, texto, obra, acción, es incompleta. Si un árbol cae en el bosque y nadie lo ve caer, ¿ese árbol ha caído realmente? Si una imagen es producida, pero nadie la percibe, siente, emociona, reacciona, o conoce, ¿esa imagen es arte realmente?
Ni el autor acaba totalmente el poema ni el poema se completa por sí mismo. Sólo en quien lo recibe y recrea el texto se cumple. El poeta debe asumir la imperfección del texto. El escritor sólo alcanza a producir sugerencias de significado, pero es el lector quien las define y quien las completa porque es en el lector donde la obra se cumple en la misma medida que el mensaje de una obra de teatro sólo alcanza su plenitud en la representación.
Umberto Eco y Roland Barthes coinciden en la idea de la ausencia de significado estable de los textos porque el significado dentro del tejido del lenguaje tiende a una movilidad radical, versátil, a la inconstitución de la estructura ausente
Ramón Pérez Parejo
Una inteligencia artificial vendría a ser una herramienta, un horno de pixeles, texto o audios infinitos e incompletos de significado. El «autor» de estas imágenes no sería el software industrial, sino el actor que solicito las imágenes, escogió y edito de acuerdo a sus propios criterios e intereses, y finalmente con el público que las utiliza y completa como obras completas.
Dall E, Copy.ai, o cualquier otra herramienta de AI, son por definición «artificiales», pero solo completas en su significado y función al ser utilizada por nosotros, con nuestra condición humana.

Un software podrá crear permutaciones infinitas de melodías, ritmos y notas, pero eso no garantiza que una maquina invente el hip hop o el tango, porque esos géneros nacieron un espacio cultural de creación y consumo.
Cualquier nueva forma de música, género de cine, estética visual, no sólo existe porque es posible hacerla, sino porque resuena en una audiencia que la completa.
Todos los textos, ritmos e imágenes son posibles, pero no todas las combinaciones son La Divina Comedia, Gansta’s Paradise, o Blade Runner. Nuestra condición humana las completa.
