En el concurso de aplicaciones que organizo el Consejo Nicaragüense de Ciencia y Tecnología, CONICYT (del que me toco ser juez en parte por mi trabajo en Movistar) se presentaron más de 30 aplicaciones a concurso.
El concurso solicitaba que las apps fueran apps inéditas o no publicadas en las tiendas de aplicaciones. Eso significaba que recibiríamos prototipos de aplicaciones, de las cuales hubo 3 claras apps destacadas.
Una de estas apps era un Camaleón, un sistema de inventario y compras para llevar inventario y control de entregas para PYMES, desarrollada por Guillermo González y Joram Herrera.
Otra era una app de seguimiento del embarazo de una madre llamada Baby On Board, con opciones para agregar notas sobre el estado de salud de la madre y el bebe, notas médicas, medicación y chequeos realizados, y desarrollada por Antonio Méndez.
La app del primer lugar fue Pocket MIV, un visor de resultados médicos en 3D, con la que un doctor podría recibir los datos de un cliente y visualizarlos en 3D en su tablet o smartphone de manera rápida, creada por Jose Amaya y Kevin Moreira.
Como prototipos, todas estas apps tienen cosas que necesitan depurar, ser lanzadas al público, recibir comentarios, y tener un plan de negocio o sostenibilidad que las haga rentables, y esa parte es el otro 50% del plan. No se trata solo de saber programar, sino de saber encontrar una necesidad que cubrir y saber aprovechar estas oportunidades.
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