En Ralph El Demoledor (ver comentario de hace un par de semanas) los personajes de los videojuegos viven concientemente sus roles dentro de los juegos, logrando inclusive editar sus funciones y código fuente, pero jamas romper su función original: entretener a sus creadores.
En The Purple Rose of Cairo (Woody Allen, 1985) Tom Baxter es el personaje de la película «The Purple Rose of Cairo», y éste rompe «la cuarta pared» para iniciar una relación con Cecilia, una cinefila que prefiere enamorarse de las historias en la pantalla que las de la complicada vida real.
Esto detiene la película, provocando toda clase de conflictos dentro y fuera del rollo cinematográfico. Los personajes dentro de la película cuestionan su rol como personajes, o si son ellos el mundo real y «lo que esta fuera de la pantalla» el mundo ficticio. Arturo, el maître d’hôtel, decide que lo suyo es bailar y le saca lo mejor al momento.
El conflicto crece porque todos los Tom Baxters de cada copia de la película decidan intentar salir de las películas y vivir en el mundo real. Los ejecutivos de la casa productora consideran quemar todos los rollos de la película y asumir las perdidas, a menos que Tom vuelva como sea a la pantalla. Gil Shepherd, el actor real que interpreta a Tom Baxter, intenta convencer a Cecilia que él si le ama, no como Tom que es solo ficción. El resultado de la decisión de Cecilia nos demuestra si el amor es real o solo un medio utilitario…
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